Amamos y servimos porque Jesús nos amó y sirvió primero. Él es nuestro ejemplo, nuestra prioridad y nuestra meta.

Estamos conscientes de que Dios está haciendo algo entre nosotros y a través de nosotros, y reconocerlo ¡nos da motivos para celebrar!

Somos una iglesia conectada con las virtudes y los dolores de la ciudad. Estamos cerca y listos para servir a cada generación.

Creemos que la prosperidad externa nunca será posible, plena ni correcta, si no hay primeramente una prosperidad interna.

Creemos que nuestras medallas animan, pero que nuestras cicatrices inspiran y dan esperanza.

Agradecidos con Dios, usamos nuestros recursos generosamente para bendecir la vida de otros y parala edificación del reino.

Nos encanta que todos sean parte, por eso corremos la voz y nos emocionamos por conocer nuevos amigos. ¡Todos pueden venir!

La familia es nuestra primera iglesia, nuestra prioridad y el tesoro más preciado que Dios nos ha regalado. A la meta, no queremos llegar primero, queremos llegar juntos.